Creció en el popular barrio El Morro, refugio de costumbres iquiqueñas. Vivió en los Países Bajos y luego en Cuba, donde se graduó de Periodista. Allí afianzó sus herramientas literarias y de comunicador. Regresó a Iquique posteriormente, donde estableció su base de operaciones profesional, reeditó sus cuentos acumulados en sus viajes y escribió nuevas obras en las que retrata, desde la fantasía y el costumbrismo, la identidad iquiqueña.
Fue un constante impulsor de la cultura y las artes en esta ciudad. Realizó durante años el programa dominical «Tartamudeando de libros», que se transmitió primero en la radio local y luego en la televisión municipal. Como comunicador se dedicó a la difusión cultural, la vida de barrio y la conversación cotidiana, y fue galardonado en Chile, Cuba y España. En 1995 publicó cinco obras en la editorial Pluma y Pincel. En 1996 obtuvo el Premio Consejo Nacional del Libro y la Lectura por su libro "Cuando las habaneras no tenían calzones". En 2000 publicó "El funeral de la felicidad", una compilación de sus cuentos más destacados. Dedicó sus últimos años de vida a un proyecto con la cárcel de Iquique para que los jóvenes reos entablaran lazos con la sociedad a través de la literatura. Fallece a los 43 años a causa de una hepatitis.
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