Un joven de veinte años viaja con su padre desde Chile a Tacna para arreglarse los dientes.
En el trayecto, con la carretera y el paisaje árido de fondo, comienza a recordar su niñez
solitaria, la relación casi inconfesable que tiene con su madre y las innumerables veces que
le dijeron que bajara de peso. Camanchaca, también esa neblina costera, abundante y copiosa
en el pacífico hacia el norte de Chile, es la narración de la precariedad de una familia, de sus
secretos, de sus mentiras y del oscuro país que sirve de escenario. Un libro intimista, una
suerte de catarsis, una victoria poética.