“Cuando nuestro tren subió trepando las colinas, todavía podía ver las recuas de mulas, bajando casados al camino con sus pesadas cargas de salitre y otras subiendo despacio en el viaje de regreso. No había ninguna seña de vegetación ni en el pieto ni en las colinas (…)”

Historias como ésta -en su encuentro con un mundo diferente- nos describe don Santiago Humberstone en el relato autobiográfico que da cuenta de la vida, que hacer productivo y desarrollo de la Pampa Salitrera.

Tarapacá – sin duda- le debe mucho a Humberstone y a otros hombres que como él se hicieron adictos a la terrones con caliche, con sal, con arena, con sus minerales, geografía y climas generosos para aquellos que con el trabajo quieren transformar la vida.

Este ser humano, que sin dejar de ser un exponenete de su época, nos transmite desde las cartas a su madrea la avidez constructiva de su mirada, las palpitaciones violentas que tenía la pampa en su primera entrega salitral. El ve y cree en un horizonte, el mismo que con el tiempo, la economía y la tragedia se desvanece implacablemente.

En esta investigación de los profesores Judy y Pedro Bravo-Eliozondo podemos oler la Pampa, sentir el sol abrasador que quemaba la tierra que tanto dio a las arcas nacionales y centralistas. La soledad y sequedad que nos canta Advis en su Cantata, es expresada de manera similar por Humberstone.

Hoy nuevos pasos de hombres y mujeres transitan por sendas no muy distintas, con la diferencia que son muchos más dando una batalla por recuperar la historia y los bienes para Chile. Ojalá sean escuchados.

SELLO EDITORIAL: Ediciones Campvs,