Este trabajo escritural esquemáticamente procura consumar dos objetivos centrales: primero, contribuir a resignificar el legado educativo y teatral realizado por Luis Emilio Recabarren en su calidad de líder de la clase obrera, pedagogo, dramaturgo y gestor cultural1; y, segundo, verificar que el teatro producido por obreros, militantes y aficionados, representa un pilar insoslayable para pensar en las relaciones entre arte y política en el siglo XX.