
Estos escritos son autobiográficos. Como en toda autobiografía el autor dice lo que quiere y, consciente e inconscientemente, queda tan bien situado como un ángel en una pintura del Renacimiento.
Imagina que, esta no debe ser una excepción a la regla. En realidad, lo que narra es el cambio de mundos, de un cosmos hedonista, de aparentes poderíos y vanidades al orbe de un desvalido, dependiente e impotente que extremadamente emocionado descubre que existe la solidaridad, que por detrás de los mundos de la apariencia y el poder hay una masa humana que apoya, ayuda y sostiene a los despojados.
Hay muchas lágrimas en esta narrativa, demasiadas, son de emoción, de alegría y de sorpresa delante de un mundo nuevo.
Este es un diario íntimo, un libro secreto que debería ser secreto, donde no se dice lo que se espera sino lo que se quiere.