La Pampa Trágica

Detalles del libro

La Pampa Trágica

Reedición 2017 de la versión editada originalmente en 1921. Tratándose de uno de los mejores escritores del siglo XX chileno, el drama de las condiciones de vida (o de sobrevivencia) en las faenas salitreras adquiere un realismo que conmueve. No se trata de una crónica exacerbada: Víctor Domingo Silva vivió muchos años en Iquique, donde dirigió el diario “La provincia de Tarapacá”. En sus editoriales, plasmó un ciclo de transición de la industria hacia su cierre, que refleja las tensiones ideológicas del momento con la incertidumbre del futuro. Sus reflexiones toman forma en la pampa trágica, una de las piezas clásicas de la literatura nacional, y, posiblemente, el mejor relato conocido de una sociedad
en crisis.

Victor Domingo Silva

Victor Domingo Silva

Nació en Tongoy, en el año 1882. Publicó sus primeros poemas en la revista "Pluma y lápiz", en 1901 y su primer libro lírico "Hacia allá", en 1906. Fue redactor de El Mercurio de Valparaíso, desde 1907 a 1911; y secretario de redacción del mismo diario, de Santiago, en 1912. En 1911 trabajó en la intendencia de Santiago. Se radicó en Tarapacá y fundó en 1913, el diario "La Provincia". En 1915 dirigió la revista "Monos y monadas". Radical en sus ideas, fue elegido diputado por Copiapó, Chañaral, Vallenar y Freirina, periodo 1915-1918; fue diputado reemplazante en la Comisión Permanente de Elecciones. Se incorporó a la Cámara, el 26 de abril de 1916, en reemplazo de Eduardo Cortés Cabezas, fallecido en enero de ese año. Terminó su mandato legislativo, se ausentó de Chile y recorrió en gira de arte los escenarios uruguayos y argentinos. A su regreso fue nombrado cónsul en Bariloche, en 1924 y ahí permaneció hasta 1926, que fue enviado en comisión al Consulado en Neuquén. De ahí pasó en comisión al ministerio de Relaciones Exteriores en 1927 y luego se fue como cónsul a España, donde permaneció hasta 1933. Visitó después países vecinos. En 1939 fue enviado a la República Dominicana como Encargado de Negocios. En 1941 fue nuevamente a España, como Cónsul en Extremadura y Andalucía, con residencia en Sevilla. Regresó a Chile en 1946; trabajó en la Biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores y ahí jubiló, en 1949. Obsequió al municipio de Santiago su biblioteca particular, con el fin de que se fundara una biblioteca pública municipal. Fue fundador de la Sociedad de Autores Dramáticos y de la Sociedad de Artistas y Escritores y miembro del Ateneo de Santiago. Fue Premio Nacional de Literatura en 1954 y Premio Nacional de Teatro en 1960. Falleció en Santiago, el 20 de agosto de 1960.