En los tres textos nos encontramos con elementos comunes, el padre o quien representa el poder es un tirano, un ser repulsivo o loco desinhibido que se enfrenta y es encarado por sus hijos, en este caso son las hijas que enfrentan al padre en una suerte de Edipo no resuelto. Nos encontramos con un mundo interior culposo, sórdido, encerrado en cuatro paredes que coexiste con un mundo exterior bullicioso, donde la música está presente, la opera, la canción popular o las algarabías de las revueltas ciudadanas. Los protagonistas son hombres con doble cara, con antifaces que el tiempo los desenmascara, que han hecho sufrir a otros y que solo escapan a su destino por la muerte o la locura.